Una noche de tormenta, perfecta para contar historias de terror. Una mansión a orillas de un precioso lago suizo, donde el eminente poeta Lord Byron ha invitado a algunos de sus amigos más allegados. Un reto: escribir un relato de terror realmente escalofriante. De aquella mítica velada suiza nacieron varios relatos que serían recordados para la posteridad, pero el más importante sin lugar a dudas fue el de Mary Shelley, una jovencísima escritora que con tan solo 19 años ideó la que se considera la primera novela de ciencia ficción de la historia: Frankenstein o El Moderno Prometeo.
Shelley fue una mujer adelantada a su tiempo, una auténtica luchadora en la vida con un talento descomunal que parecía estar siempre a la sombra de su marido, el poeta Percy Shelley, al cual ella misma ayudó en su carrera como escritor. Hija de filósofos y con una educación muy culta desde su más tierna infancia, Shelley se convirtió en un icono solo después de su fallecimiento, aunque ya había gozado de cierta fama en vida. Hoy en día es considerada como una de las mejores exponentes de la novela gótica, a pesar de que el resto de su obra, más allá de Frankenstein, es bastante desconocido por el público general.
Fue hija de una pionera del feminismo
Mary Wollstonecraft Godwin nació en 1797 en Londres, en una familia acomodada y culta, algo que le influyó desde su infancia. Sus padres eran ambos filósofos y ensayistas. William Godwin era un filósofo político con mucho predicamento en su tiempo y muchos seguidores, aunque también una larga lista de detractores. Pero tal vez la referencia más clara para el devenir de la propia Mary fue su madre, una de las primeras feministas que luchó muchísimo por el derecho de las mujeres a la libre expresión. Por desgracia, la joven Mary no pudo apenas conocer a su madre, ya que esta murió a los pocos días de dar a luz. Sin embargo, su influencia seguiría siempre ahí, en sus escritos y en la memoria de su propia padre.
Una vida difícil
No llevo la joven Mary una vida sencilla. Se enamoró muy joven, con apenas diecisiete años, del que sería su marido, el poeta Percy Shelley, quien además era un gran seguidor político de su padre. Tras marcharse de viaje por toda Europa, Mary llegó embarazada y dio a luz a su primera hija, que por desgracia murió de forma prematura. Las ganancias tampoco acompañaban, y es que ninguno de los dos era capaz de encontrar un trabajo fijo que les permitiera ganar lo suficiente y las deudas se amontonaban. En 1816 contrajeron matrimonio, y ese mismo año pasarían el verano en Suiza, en la mansión de Lord Byron.
Mary y Percy se marcharían de Inglaterra en 1818 y se mudarían a Italia, donde vivirían durante cuatro años y donde nacerían tres hijos más. Sin embargo, solo uno de ellos sobrevivió. En 1822 la desgracia vuelve a cebarse con la escritora al morir su marido ahogado en el mar. En ese momento, Mary regresa a Inglaterra y se dedica a educar a su hijo y a mantener su carrera como escritora y ensayista hasta su muerte, tras una larga enfermedad, a los 53 años. Una vida plagada de desgracias que sin embargo, también alumbraría alguna obra maestra, como la de ese ser que nace siendo un monstruo y que debe enfrentarse a toda una sociedad por el simple hecho de ser como es.
Así surgió ‘Frankenstein’
En el verano de 1816, Mary se encontraba junto a su marido, su hermanastra Claire y el médico John Polidori en la villa de Lord Byron en Suiza. De aquella noche de tormenta nació el reto de escribir una escalofriante historia de terror, reto que solo Polidori cumplió en aquel tiempo. Shelley, sin embargo, fue desarrollando una idea que la fascinaba, la creación de vida a través de experimentos con electricidad, un tema del que su marido hablaba constantemente junto a Byron, y que parecía suponer un nuevo paso en la ciencia. Tras esto, la autora tendría una pesadilla en la que vería al propio monstruo de Frankenstein a los pies de su cama. Esta terrible ensoñación le sirvió para inspirar el cuarto capítulo de la obra, el primero que escribió, y que sería el pistoletazo de salida para el resto.
Qué supuso para ella el éxito de su obra
Lo cierto es que Frankenstein se convirtió en una obra muy celebrada casi desde su lanzamiento, y procuró a Shelley el dinero suficiente para poder vivir cómodamente y educar bien a su pequeño Percy tras la muerte de su marido. Es sin embargo doloroso imaginar que durante siglo y medio, esta autora ha sido simplemente tenida en cuenta como la mujer de Percy Shelley. Sin desmerecer a este poeta británico, lo cierto es que hoy en día Mary es mucho más conocida que él, gracias sobre todo al éxito de Frankenstein, una novela que todavía sigue llenando de puro terror a todo el que la lee.
Pudo dedicarse la autora a escribir más novelas, ensayos y hasta biografías, con un tinte político y feminista bastante evidente sobre todo en sus últimos años. Aunque esa faceta ha quedado algo más oculta tras su faz de autora de la gran novela gótica de terror, lo cierto es que en los últimos años son muchos los eruditos que están estudiando a fondo toda esa producción “menor” de Shelley, otorgándole una gran reputación al resto de sus obras.