La biología ha hecho que hombres y mujeres tengan diferencias bastante evidentes entre sí. Diferencias de altura y peso, de envergadura, pero también otras más íntimas, como el hecho de tener más o menos vello en ciertas partes, o el desarrollo de unas partes del cuerpo determinadas. La mayor diferencia biológica, la que hace que las mujeres puedan llegar a concebir, pero que también supone una situación muchas veces complicada para ellas, es la menstruación. Cada mes, las mujeres en edad fértil menstrúan para llevar los óvulos al lugar donde deben ser fecundados. La ovulación da paso a este proceso que en muchas ocasiones puede ser muy delicado, ya que hay mujeres que sangran bastante durante ese periodo.
Si eres chica ya sabes de sobra cómo va esto de la menstruación, y lo complicado que puede ser mantenerlo de manera privada. La utilización de tampones y compresas suele ayudar, sobre todo para no estar manchando constantemente la ropa íntima o los lugares donde nos sentemos, algo que de todas formas ocurre a veces. Sin embargo, en los últimos años ha entrado con fuerza una alternativa que está llamando mucho la atención de las mujeres, porque supone un modo mucho más económico, sostenible y a veces incluso más adecuado para cuando estamos en esos días del mes. Se trata de la copa menstrual, muy utilizada en otros países, y cuya popularidad en España está creciendo como las espuma en los últimos tiempos. Aquí te damos todas las claves sobre esta alternativa.
Qué es una copa menstrual
Una copa menstrual es un recipiente normalmente preparado con látex, silicona médica o un material parecido, resistente pero a la vez flexible. La copa menstrual se lleva utilizando desde finales del siglo XIX, de una forma más rudimentaria, aunque la primera patente nos llega a principios de los años 30. Desde entonces, tanto su diseño como sus materiales se han ido perfeccionando, aunque su función es la misma: retener el líquido que la mujer expulsa por la vagina durante la menstruación. De esta forma, la copa funciona literalmente como un recipiente que mantiene dentro ese líquido hasta que la sacamos y lo vaciamos, algo que se recomienda hacer dos o tres veces al día. Actualmente, la copa menstrual se ha colocado como la alternativa más popular a los clásicos tampones o a las compresas, pareciéndose mucho más a los primeros.
Cómo usar la copa menstrual
Utilizar la copa menstrual es muy sencillo, aunque al principio pueda parecer algo más complejo y sobre todo, un poco más incómodo. Es acostumbrarnos también a todo, como cuando empezamos con los tampones. Es un método un poco más intrusivo, eso sí, porque supone introducir ese pequeño recipiente de plástico en la vagina, apretándolo para darle forma de C o enrollándolo casi como un tampón, siempre dejando la abertura por arriba, por supuesto, y asegurándonos de que entra por completo dentro de la vagina, sin que sobresalga, para evitar sustos indeseados. Dependiendo del flujo que cada mujer tenga, la copa podrá durar hasta 12 horas sin ser cambiada o vaciada. Aquellas que ya llevan tiempo con ella aseguran sentirse mucho más cómodos con este método que con los más tradicionales.
Marcas de copas menstruales
Dada la popularidad que esta alternativa está alcanzando en los últimos tiempos, lo cierto es que hoy por hoy existen en el mercado una amplia variedad de copas menstruales que permiten a las mujeres elegir las que más les convengan. Además de tener diferentes tallas, desde la S a la XL, según el tamaño y las necesidades que tengamos, también podemos escoger el tipo de material, ya sea látex, silicona o plástico quirúrgico, para evitar problemas de alergias. Entre las marcas más populares del mercado podemos destacar a Enna, una de las más cuidadosas además con el medio ambiente, o a Athena, que ofrece gran variedad de modelos diferentes. La empresa Meluna también ha conseguido colocarse como una de las más destacadas del sector gracias a ofrecer muy buenos productos en relación calidad-precio.
Limpieza de la copa menstrual
Una de las cosas que más echan para atrás a algunas mujeres a la hora de pasarse a este método alternativo es la necesidad de estar vaciando constantemente la copa y limpiándola para que sea realmente higiénica. Esto, en realidad, no es tan complejo como parece, aunque sí un poco más que quitarnos un tampón, claro está. Cuando tengamos que cambiarla, solo la sacaremos, con mucho cuidado y tiraremos su contenido. Después de eso, la lavaremos con un poco de agua limpia, o con una toallita húmeda. Es bueno pasar luego un poco de papel higiénico por toda la copa, para secarle y dejarla completamente limpia. Por último, después de cada ciclo, conviene meterla durante unos minutos en agua hirviendo, para así limpiarla de una manera mucho más a fondo.
Copa menstrual ecológica
La mayoría de estas copas menstruales son alternativas mucho más ecológicas que los tampones o las compresas, no solo por ser reutilizables, con todo lo que eso conlleva, sino también por ser fabricadas en materiales que no son nocivos. No incluyen químicos ni nada parecido, así que son mucho más seguras. Existen copas especialmente ecológicas, creadas con materiales reciclados y que se venden a un precio algo más alto, pero con toda la seguridad de estar colaborando, en la medida de lo posible, a no crear más contaminación para el planeta. Uno de los motivos que llevan a muchas mujeres a utilizar esta copa menstrual es precisamente su compromiso con el medio ambiente y el ecologismo, ya que es un gesto muy sencillo que puede marcar una gran diferencia.